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​MONTAJE Y REFORMAS

 

Por falta de espacio en la Iglesia de Santanyí y, posiblemente también, por la escasez de presupuesto, no fue posible montar el instrumento completo. Las piezas del órgano que no se instalaron quedaron esparcidas, durante muchos años, dentro del templo. Actualmente todavía se conservan algunes encima de las bóvedas.

 

En primer lugar se montó la fachada y los tubos que la conforman, permitiendo que el órgano hiciera sonar sus primeras notas. Unos treinta años después, en tiempos del rector Llobera, se le acomodó la trompeta real. El año 1873 Julià Munar, organero, le añadió la cadireta y en 1888 también le colocó la famosa corneta.

 

Diferentes personajes que visitaron Santanyí a principios del siglo XX, y que escribieron crónicas en publicaciones de la época, dejaron constancia de que el órgano se encontraba en estado de abandono. Algunas voces cualificadas pedían una reforma urgente. Aun así, la primera reparación importante no se hizo hasta el año 1957, a cargo de la empresa Organería Española S.A. de Azpeitia (Guipúzcoa) y su organero Rafel Puignau. La restauración, en aquel momento, fue muy celebrada y por las fiestas de San Jaime de 1957 el organista Mn. Bartomeu Ballester ofreció un exitoso concierto inaugural, estrenando una pieza escrita para la ocasión.

 

Dicha reforma introdujo elementos de transmisión neumática, un pedal de doce notas y otros accesorios ajenos al instrumento original, sin tener en cuenta los criterios históricos, como en tantas otras intervenciones realizadas en esta época. Como es natural, unos años más tarde, los elementos no originales quedaron obsoletos y se hizo necesaria una nueva restauración a fondo.

 

En la década de los años setenta del siglo pasado Gerhard Grenzing, maestro organero de origen alemán afincado en El Papiol (Barcelona), tuvo los primeros contactos con nuestro órgano. Inmediatamente empezó a investigar sobre el instrumento, a la vez que se interesaba por otras obras de su constructor, Jordi Bosch. Tras estudios en profundidad, inició la restauración completa del órgano de Santanyí, pero con la intención de restituir, de la mejor forma posible, los materiales, técnicas y sonoridad originales. La tarea se llevó a cabo en diferentes fases, a causa del escaso presupuesto disponible y la gran envergadura del proyecto. En 1978 se retiraron todos los elementos ajenos del órgano y se restauraron las piezas primigenias deterioradas, respetando los materiales y las técnicas originales.

 

El año 1986, en una segunda etapa, Gerhard Grenzing reconstruyó el gran LLeno de veinticinco hileras, único en el mundo.

 

En el 2000 se instalan los juegos de contras con el secreto y tubos correspondientes, gracias a la aportación económica de la Sra. Irmgard Schörghuber, una alemana residente en Santanyí. Así se pudo restaurar el pedal primitivo, incorporando la excepcional bombarda.

 

En 2003 el Consell Insular de Mallorca declaró al órgano Jordi Bosch de Santanyí Bien de Interés Cultural (BIC).

 

En 2005 el taller de restauración del obispado llevó a cabo la restauración de la fachada.

 

Todas estas intervenciones han sido posibles gracias al interés de personas del pueblo de Santanyí que, en diferentes épocas, han hecho esfuerzos por promover las restauraciones y también para ayudar a obtener los fondos necesarios. Muchos donativos han sido de particulares, pero también se ha contado con diferentes ayudas institucionales. Asimismo, se han recibido aportaciones de amantes de los órganos que no son vecinos del pueblo y, en general, de residentes de la isla.

 

A pesar de haberse realizado las intervenciones mencionadas, todavía queda trabajo por hacer, ya que nunca se ha llegado a completar el instrumento tal y como era en su origen. Queda pendiente la construcción y montaje del tercer cuerpo del órgano, el teclado de ecos (según los modelos de las piezas que todavía quedan sobre las bóvedas de la capilla situada a la derecha del órgano), un cuerpo con registros que permitirían dialogar mejor con el órgano mayor. El taller de Gerhard Grenzing ha hecho un estudio para su fabricación y cómo sería posible ubicarlo en el espacio que ocupa el órgano en la iglesia de Santanyí.

 

Actualmente, la primera mejora prevista es la sustitución de los teclados, ya que no son los originales ni corresponden a la época en que se construyó. Se cuenta con una subvención concedida por el Consell de Mallorca, procedente de los fondos de la ecotasa que se destinan a patrimonio. La Covid-19 ha atrasado esta actuación, pero en cuanto sea posible se llevará a cabo.

 

 

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